Es esta pintora la prueba viviente de que el talento puede ser hereditario. Amparo nace en San Roque (Cádiz) y sus primeros olores son los del aguarrás y el óleo del estudio de su abuelo, el eminente J.Cruz Herrera, Académico de Bellas Artes y titular del prestigioso Museo que lleva su nombre.
Sus primeros juguetes, los pinceles de su abuelo y de su madre. Con semejantes antecedentes, Amparo convive su oficio desde siempre con la naturalidad de lo cotidiano y abre al mundo la ventana luminosa de su obra que en el umbral mismo de la abstracción, no acaba de abandonar un sentimental apego al orientalismo tan arraigada en la pintura de sus ilustres antecesores familiares, navegando sobre la pincelada de Monet por una rotundidad compositiva que recuerda al tiempo a los maestros expresionistas, sin por ello dejar en ningún momento de ser.
Amparo Lopez Cruz Herrera .
“Nada menos”
Agustin Casado – Artista / Periodista
Amparo L. Cruz
Pintora
Es esta pintora la prueba viviente de que el talento puede ser hereditario. Amparo nace en San Roque (Cádiz) y sus primeros olores son los del aguarrás y el óleo del estudio de su abuelo, el eminente J. Cruz Herrera, Académico de Bellas Artes y titular del prestigioso Museo que lleva su nombre.
Amparo L. Cruz
Sus primeros juguetes, los pinceles de su abuelo y de su madre. Con semejantes antecedentes, Amparo convive su oficio desde siempre con la naturalidad de lo cotidiano y abre al mundo la ventana luminosa de su obra que en el umbral mismo de la abstracción, no acaba de abandonar un sentimental apego al orientalismo tan arraigada en la pintura de sus ilustres antecesores familiares, navegando sobre la pincelada de Monet por una rotundidad compositiva que recuerda al tiempo a los maestros expresionistas, sin por ello dejar en ningún momento de ser.
Amparo Lopez Cruz Herrera .
“Nada menos”
Agustin Casado – Artista / Periodista
Agustin Casado – Periodista.
Si la pintura, como todas las demás Bellas Artes, pretende sólo estimular sensaciones, al situarnos frente a la obra de Amparo sentimos inmediatamente la presencia nada sutil del arte en su definición más básica. Más allá de «ismos» encasilladores, por encima y al margen de técnicas, los lienzos de Amparo transmiten una rara armonía de color, conciliando con su pincelada satarina e inquieta un maridaje a veces inverisímil entre gamas cálidas y frías que la emparenta «malgré elle» con la mejor tradición impresionista de inmovilizar lo instantáneo….